Para Jean Pierre Ceton. Los ojos verdes, Marguerite Duras (Plaza y Janés)

Ven, ven, vayamos juntos esta tarde de primavera, ven a pasear por la ciudad; hablemos de todo, es la alegría de la vida, miremos el movimiento, la ciudad a través de los cristales, la luz amarilla, vayamos, siempre, quedémonos, siempre, ahí, y sigamos ahí, mirando detrás de los cristales de la ciudad, la luz amarilla difusa, hablemos, de salir, de quedase, de escribir, de matarse, ya ves, ven para nada, para oír el ruido, el ruido de las lenguas extranjeras, los gritos, el estruendo, el río, la dulzura que se habla, mira esas carroñas que planean encima de los valles, mira, en busca de sus presas, las guerras, sabes, los campos, sí, escucha, los trenes, cruzan Europa, se habla del hambre, y de los muertos, todavía, sí, ya lo sabes, sí, todo es igual y nada, no nada, ya que estamos aquí nosotros, sí, escucha este vacío que llega, nuevo, la aventura nueva, quedémonos juntos hasta la noche, miremos nuestras sombras largas en las aceras, quedémonos juntos hasta la luz oblicua, la noche, contemplemos cómo cae la noche, la otra vertiente de la vida, esa vuelta, apenas se ve, apenas se siente, ese deslizamiento, estas bisagras fáciles, y luego ahí está, ahí vienen, los genios, los genios de la oscuridad, con pasos silenciosos, vienen, escucha, ¿sabes? las mieses nuevas, las de los no trabajadores, los que ya no harán el trabajo, no sufrirán, encontrarán su conveniencia en el ocio ilimitado de la vida; mira, escucha, ese tiempo extraño, viene, largo, es largo, lento, ya no hay trabajo, ya no habrá trabajo, el paro largo del final del siglo XX, te suena, ha empezado, va a quedar ahí, se hará secular, digamos lo mismo del verano, empieza el verano, digámoslo así, empieza el verano, los largos días del verano, son lentos y profundos, permanecerán ahí eternamente; ven, la multiplicación de los empleos cesó, la multiplicación de la pena también, ya no mienten, ya no hay trabajo, trabajadores tampoco, ven que hablemos, aún, de la vida, es la alegría de la vida, de esta ciudad del océano, de ahí saldrá de las aguas, de este río, es de la otra vertiente, escucha, mírala, viene, ella es la que viene, la pérdida del mundo, mira, ahí está, la reconoces, es nuestra hermana, nuestra gemela, viene, hola, le sonreímos, tan jóvenes, tan bella, vestida de piel blanca, los ojos verdes.